Kant y su Dios (VI)

Fecha: 31 marzo, 2021 por: dariomartinez

Nos fijamos en lo superficial, pero si uno quiere enseñar a nadar ha de centrase en los movimientos mecánicos ejercidos debajo del agua por el aspirante a caminante en lo fluido. En el exterior el movimiento es de descanso, en el interior de desgaste de uno mismo y de impulso.

Lo sensible y superficial está desordenado, es caótico, heterogéneo, inabarcable, infinito. La arquitectura de nuestro saber representa lo sensible a través de conceptos vacíos que sin la experiencia no nos dicen nada, no aportan conocimiento y no añaden información. El juicio determinante ha de huir de la causa última, del «en sí». El conocimiento humano racional y del entendimiento es «en mí»: el espacio y el tiempo son intuiciones puras de lo sensible «en mí», absolutas, y no «en Dios» como concluye Newton en su filosofía de la naturaleza («sensorium Dei»). Las categorías del entendimiento que logran representar el movimiento como modalidad son las de posibilidad, existencia y necesidad. Fichte dará un paso más dirigiéndose hacia un ateísmo ontológico parcial en el que Dios queda anulado, sin presencia, sin voluntad, como demiurgo o agente causal imposible e innecesario; en el reino de la naturaleza y de la necesidad el Dios personal es un sin sentido, su sometimiento a la razón anula su voluntad, sus deseos, ya no puede hacer milagros, sería un Dios mutilado, e inoperante ya que el mundo ha dejado de ser creado. Su ateísmo será condenado, su expulsión de la universidad de Berlín del que fuera pastor de gansos una consecuencia lógica del momento. La confusión de su obra con la de Kant un episodio histórico acreditado. Pero dejemos al padre del nacionalismo romántico.

Dios sobrevivirá, en un estado de mínimos, asistido, parido por la razón práctica y pura humana. Ahora será garante, creador y  gobernador del mundo moral. El juicio reflexivo necesita de él. Sin él, el triunfo del odioso irracionalismo. Es un primer principio regulativo y prescriptivo del deber. Trascendental y cuya existencia ha de entenderse como posibilidad, no como ser sensible, material, y con existencia aprehensible desde la razón teórica. Este Dios es absolutamente necesario por no contradictorio, es posibilidad  para la razón práctica, siguiendo su ley moral el supremo bien, en cuanto actividad humana, ha de poder realizarse como fin final universal o felicidad. Si no hay Dios, ni tampoco posibilidad de una vida futura como modo del ser que no afecta al presente, pero que puede ser moldeado causalmente o virtualmente proyectado por el deber práctico humano dirigido por la ley moral hacia el bien, entonces: «El engaño, la violencia y la envidia andarán siempre a su alrededor, aunque él mismo sea recto, pacífico y benévolo [Kant hace explícita su referencia a Espinosa, el cual niega que haya Dios y vida futura, aunque sea un hombre por todos reconocido como recto, su ateísmo global y ontológico, su rechazo de la existencia de un Dios personal por contradictorio, por no poder ser perfecto y con voluntad o deseo de lo que no es a un mismo tiempo, y su actualismo que racionalmente renuncia al conocimiento de los futuros contingentes o humanos, lo que no quiere decir que renuncie a poder pergeñar necesarios futuros en forma de leyes impersonales capaces de prever lo que está por llegar virtualmente]. Y los otros hombres justos que él encuentra además y fuera de sí mismo estarán, sin embargo, sin que se considere cuán dignos son de ser felices sometidos por la naturaleza, que no se preocupa de eso, a todos los males de la miseria, de las enfermedades, de una muerte prematura, exactamente como los de más animales de la tierra, y lo seguirán estando hasta que la tierra profunda los albergue a todos (rectos o no, que eso, aquí, es igual) y los vuelva a sumir a ellos, que podían creer ser el fin final de la creación, en el abismo del caos informe de la materia de donde fueron sacados» (Crítica del Juicio, 1977: 370-371). Un fenomenología sin sujeto reflexivo, vacía de cualquier tipo de razón operatoria, en brazos de la amorfa realidad material transformaría al hombre en ser natural, físico, sin libertad y sometido al imperio inexpugnable de la necesidad. Condenado al fatalismo de un destino impersonal el mal, sin el bien, no sería racionalmente asimilado.  El hombre sin Dios, sin futuro al que dirigir lo mejor, se hallaría engullido por la arbitrariedad de la naturaleza.

En definitiva el Dios de Kant presupone (y no es poco, y sin olvidar que su existencia es indemostrable teóricamente), en tanto que creador y gobernador de lo que es y debe ser, que el hombre pueda ser soberano y racional, y a la vez posibilita que éste pueda ser universalmente feliz. Por tanto, una vez acotada la presencia imprescindible como idea de la razón práctica de Dios, como idea ficción inexistente (habría que demostrarlo y eso es imposible desde el entendimiento por falta de contenido sensible) más débil que si se diera como fenómeno, puede influir en la realidad, codeterminar el futuro de cara a un fin final hacia lo mejor, el bien para el conjunto de la humanidad y la paz perpetua como fin de la guerras entre los estados; puede dicha ficción única y divina tener efectos causales en el presente en marcha, incluso puede ser decisiva en el ámbito de las relaciones humanas.  Kant nos dirá:

1.- Toda actuación práctica humana exige un deber.

2.- El deber por el deber ha de ser absolutamente responsable, no ha de haber excepciones, ha de ser una ley moral universal (de toda la humanidad, pero surge una duda: ¿qué  es la humanidad, un totalidad atributiva y por tanto vista como naturaleza biológica -en el límite animal- , o una totalidad distributiva y por lo tanto vista como una realidad en conflicto entre estados y clases, políticamente diferente, particular y armada de leyes morales que pretenden ser civilizadoras y por ello para ser prácticas, eficaces, acuden a la potencia de la fuerza?).

3.- Dicha responsabilidad ha de responder a la voluntad libre, autónoma, del individuo (¿sólo una voluntad y compartida por todos los seres humanos? ¿Y si no es el caso, al otro se le ha de convencer para que la asuma o eliminar por salvaje?), formalmente entendida, sin contenido material, como deber «en mí» e incondicional; ahora, por tanto, el individuo siendo esclavo de la ley moral, superando la «minoría de edad», estará en condiciones de postular el bien de sus acciones.

La razón de la nueva teología natural de Kant ya no tendrá bridas que la dirijan a buen puerto. La ética vacía por la presencia no fiel de un Dios imposible y desconocido será rellenada por Nietzsche, nos ofrecerá la muerte de un Dios que ya no existía y una ética que hará corresponder al bien la fuerza y al mal la debilidad, una ética tan universal como científica y biológica; el hombre como totalidad atributiva camino de lo animal o el animal camino de lo humano y y habilitado por nuestra voluntad más poderosa y dominadora para trascender la cosa a través de idea de persona. Se elevan ellos a nosotros, nos degradamos nosotros a ellos, una reciprocidad un tanto perversa parece.

 

 

 

 

¿Por qué no el caló o romaní cooficial?

Fecha: 27 marzo, 2021 por: dariomartinez

De ellos la hemos tomada prestada. Una palabra coloquial y tan en uso como «jiñar». Dice nuestra constitución que la regla de las mayorías no ha de obviar el respeto a las minorías. Hoy en nuestro país muchas minorías se desenvuelven con soltura y legitimidad alrededor de sus lenguas vernáculas. Su fuerza está arraigada sobre tierra firme. El espacio de la lengua es el territorio que la parió. El hablar propio no es un mero flatus vocis sin consecuencias materiales y políticas. La lengua delimita fronteras físicas. Protegen lo interno y se diferencian a través del no entendimiento de lo externo, ajeno, y forastero. El camino posmoderno y neofeudal, que todo lo iguala en el límite interno del territorio, todo un proyecto con futuro más cierto

Nos decía Locke que la propiedad es de quien la cultiva, una forma indirecta para que podamos entender que los pueblos no sedentarios, de espaldas a la domesticación de la semilla o de los animales, no tienen patria, no conocen fronteras, su reino sí es de este mundo, y la naturaleza que los alberga será entendida como ser con voluntad, podríamos decir que espiritual, viva, que sirve para subsistir y mantener al grupo, pero que puede ser arbitrariamente imprevisible y mortal. Así se ama y se odia, da la vida y la quita. El nómada no tiene territorio, y no lo tiene porque no está delimitado por fronteras.  No posee una comunidad política asentada y que legalmente la haga suya con el derecho positivo en la mano. Tampoco pensemos, por deducción poco rigurosa, que un mundo así sería necesariamente más pacífico, armonioso y equilibrado. Las guerras, a modo de conflictos a muerte, se evidenciaban con habitualidad, incluso podían llegar a ser de extermino de unos pueblos con voluntad de dominio mayor sobre otros con menor realidad o poder.

Pues bien, el pueblo gitano por tradición, inercia que continua con relativa fuerza, es nómada, sus leyes son las del grupo, sus intereses los internos y particulares, homogéneos y convergentes. Por historia tienen su propia lengua minoritaria: el caló con sus variantes. No conoce fronteras, se habla y permita que se entiendan los gitanos de Francia, Portugal y España pero curiosamente su lengua no es protegida ni públicamente promocionada.

Recientemente una iniciativa en forma de proposición no de ley aprueba la promoción del asturiano y el aragonés como lenguas cooficiales del Estado español. Los puntos de encuentro y apoyo entre las diferentes formaciones que aprueban el texto de EH Bildu son de sobra conocidas: la defensa de las lenguas vernáculas y minoritarias. La diferencia suma, sí, pero entendiendo, cosa que involuntariamente se ignora (o no, quizá sea este un argumento emotivo y bienintencionado), que la suma es de una totalidad entendida distributivamente, es decir en la que el todo, la suma definitiva nada tiene que ver con la unidad de España como nación política, sino con la idea del fin de la misma, de su implosión democrática y autodeterminada, libre y supuestamente en apoyo de los más vulnerables. A favor aúna una corriente de opinión afín para la constitución de futuras republicas neofeudales independientes, obviamente más débiles en el seno de la biocenosis europea.

Como se puede comprobar aún estamos a la espera de que ese afán democrático y condescendiente con las lenguas minoritarios y ajenas a sus respectivos territorios se vuelque también con el caló; pero me temo que la asociación, lengua, cultura y territorio inventada por Fichte y asimilada por nuestros amigos secesionistas no esté en el ideario ideológico de los promotores de tan loables ideales. Dentro de los axiomas políticos que permitan deducir un futuro estado independiente de los partidos conservadores y nacionalistas actuales parece que no encaja la idiosincrasia de un pueblo como el gitano ninguneado hasta las entrañas por sus élites

No veo la posibilidad de que se les pueda «camelar» para que también piensen en ellos y de paso hacer de su lengua una lengua vehicular, nacional, que sea deber de todo funcionario del Estado su conocimiento y dominio para dar un mejor servicio a dichas minorías.

Estaré atento a sus programas políticos, igual en un futuro próximo dejen en ridículo mis argumentos.

La inteligencia, ciencia, arte, e ideología eutáxica

Fecha: 6 marzo, 2021 por: dariomartinez

Conociendo emociones - El Monstruo de Colores - Edikeus

Texto construido y ampliado al terreno de lo artístico a partir de un guion extraído de un libro de texto de Psicología para alumnos de 2º de bachillerato de la editorial McGraw Hill. Que no se olvide

1.- Una primera aproximación. Delimitando el terreno a modo de agrimensor

Tema central insertado en el problema de la mente humana (mens, en términos espinosistas), o si se quiere de la conciencia humana. A inicios del siglo pasado la Psicología traslada el asunto al laboratorio (aula y taller, en él se enseña y se construye ciencia). Me apoyo en textos clásicos, acudo a ellos, no pretendo ser original. Dar cuenta de la esencia de lo que es la inteligencia requiere de un proceso bien elaborado. La salida lógica es hacer ciencia.

Las primeras aproximaciones son a través de los animales vistos en un principio como seres del eje radial del espacio antropológico de Gustavo Bueno. Ahora bien, estos también pueden ser entendidos como seres dotados de razón y con los que podemos mantener una relación asimétrica, así serán vistos y entendidos como démones, ahora pertenecientes al eje angular del espacio antropológico, finalmente también se entenderán como voluntades que podemos doblegar desde nuestra voluntad más potente, conducir al orden humano y equipararlos en el límite a nosotros al elevarlos al mismo plano ético humano, en este caso estaríamos hablando de relaciones presididas por la igualdad y ya dentro del eje circular del espacio antropológico. Por tanto, los grados de inteligencia animal varían según las especies, lo que hace que puedan ser tratados como cosas (radial), como personas (circular) o como númenes (angular).

Es su hacer sin duda inteligente: asocian estrategias de respuesta para solucionar problemas, se adaptan al entorno y logran convertir en hábito lo aprendido si el resultado es exitoso, es decir si permite que sigan sobreviviendo.  El método, extendido por Popper más allá de lo etológico al trasladarlo a la labor, suponemos  que racional, de los científicos en su hacer orientado a la verdad (su famoso falsacionismo como criterio de demarcación). Como primates que somos, hermanos evolutivos de los chimpancés (no descendemos del mono), la eficacia en la supervivencia de la especie y la eficacia en la construcción de teoremas, axiomas, leyes, o principios científicos, obedece a un proceso de falsación compartido que no es otro que el método de ensayo y error. En la etología lo defendió quien fuera su padre fundador: Lorenz, en Psicología: Thorndike.

En fin, el método comparativo de la inteligencia de las diferentes especies permitía concluir que los patrones de conducta de los primates y el hombre no diferían especialmente entre sí, en términos antropológicos, se podían entender nuestros vínculos interespecíficos en un plano circular de igualdad, primer paso para la nueva nematología ecologista. Se dignifica a los animales, y más aquí con la ideología socialdemócrata vacía de marxismo y krausista que extendía la idea de bien ético al conjunto de los seres vivos de este planeta. El ecologismo sin madurar pero ya con su núcleo activo como género plotiniano, aún sin cuerpo y sin iniciar su marcha hacia la conquista de la doctrina fuerza hoy más poderosa, solo necesitará del aliento venido del lejano oeste.

Después de todo. Pregunta filosófica y de raíz griega: ¿Qué es la inteligencia? Es, por de pronto,  un todo atributivo de partes heterogéneas que surge por una síntesis compleja entre la representación espacio/temporal, la mano prensil, la conducta exploratoria, el andar erecto y el desarrollo del lenguaje articulado que facilita operar a distancia, dilatar el tiempo, ampliar contenidos que pueden ser reales o ficticios, gramaticalizar conductas, expresar deseos, creencias, sentimientos, emociones o conocimientos y por último, dar cuenta de otros lenguajes no humanos (es decir, podemos entender el lenguaje de las abejas, pero las abejas no pueden dar cuenta de nuestro lenguaje articulado); en el origen la capacidad de hablar del hombre es universal y con tendencia a lo particular, a los lenguajes de cada grupo más o menos diferenciado: tribu, clan, horda, etnia, pueblo, nación, imperio.

Hemos de reconocer que nuestra inteligencia, sin negársela a los animales y convertirlos en bestias con conductas mecánicas, sin alma, y con causa en la pura extensión material, corporal, tal y como sostuvo en su día el filósofo Descartes y anteriormente el médico judío español Gómez Pereira, es más compleja y fruto de ella están todos los contenidos que objetivamente podemos evaluar, y que forman parte de lo que podríamos llamar cultura extrasomática.

De este modo, la inteligencia es deconstruir, construir, operar con contenidos de la realidad a través de operaciones de unir y separar, producto de procesos reflexivos racionales que recuperando a través de la memoria  (anamnesis) el pasado permiten programar, proyectar de cara al futuro (prolepsis) para sobrevivir y también en tanto que personas que hemos abandonado lo estrictamente natural y nos hemos instalado en el terreno siempre difícil de lo histórico y político, para vivir mejor en tanto que miembros de un grupo, clase social o estado, formando ideas, vehiculizándolas con mitos, con la poética del cine por ejemplo (Navarro Crego), elaborando mecanismos cada vez más sofisticados para entender la realidad, doblegarla, dominarla y poner en orden lo que se entiende como conductas desordenadas o patológicas de otros hombres. Una inteligencia como capacidad para construir verdades más allá del espacio y del tiempo, ajenas a las voluntades humanas, verdades no culturales, no sometidas a ideologías por ser anantrópicas, pero que con todo existen; son las verdades de la Matemáticas. O verdades de las ciencias naturales de la Física, de la Biología o de la Química que están dadas en el espacio y el tiempo.

La inteligencia humana es diversa y a nivel político no existe la humanidad como totalidad atributiva sino que lo que hay es una humanidad distribuida en estados, en alianzas que luchan por garantizar la estabilidad y el bienestar de sus ciudadanos, incluso a muerte: guerras entre imperios por la hegemonía mundial, guerras como procesos agresivos, violentos, crueles, sangrientos, y racionales como mecanismos civilizadores (episodios más enriquecedores para el progreso de la ciencias y las tecnologías, paridas por la inteligencia de los ciudadanos agrupados en torno a un proyecto común).

2.- Tipos de inteligencias. Desde la atalaya de la Psicología

Partiendo del reconocimiento de la problematicidad de la Psicología como ciencia, por su peculiar hacer y por su conflictivo y cambiante contenido infecto (o sea cada uno de nosotros, con su hacer libre, a veces arbitrario, impredecible e incluso ficticio o falso), se reconocen cuatro dimensiones constitutivas de la inteligencia, es decir se pueden analizar de forma independiente disociándolas pero nunca separándolas y estudiándolas de forma autónoma. Por tanto tenemos:

a.- La inteligencia como capacidad o competencia. Depende la dotación genética y de la estructura y funcionamiento del cerebro. Son capacidades innatas que el ser humano ha de desarrollar en un medio natural e histórico social dado a priori, el teatro de la vida. La inteligencia será la interacción entre herencia y ambiente (antropológico, etnológico) y cultural, social e histórico (político).

b.- La inteligencia como procedimiento o estrategia, prudencia o cautela para planear, proyectar desde lo que se sabe con un fin o propósito que se ha de prever como útil para conducir hacia lo mejor a cada uno de nosotros (firmeza), y si uno no es un idiota a los demás (generosidad).

c:- La inteligencia como conocimiento. Relativo a uno mismo en su entorno, relativo a sí mismo o como construcción de hechos vía hipótesis, conceptos, procedimientos técnicos o tecnológicos, de unir y separar con sentido en el marco de un marco teórico seguro. No hay nada más práctico que una buena teoría. Tendencia que puede llegar a ser perversa cuando el saber se dirige hacia la especialización; es el conocimiento preciso, sin errores, verdadero, profesional, de lo particular y de espaldas a lo general.

d.- La inteligencia como adaptación al entorno. En la línea de Darwin, la inteligencia como proceso complejo, gramaticalizado, ceremonial y que trasciende lo animal con el propósito de vivir y si es en el interior de una sociedad política en marcha (estado) vivir bien (Aristóteles).

Ahora bien, ¿qué es esa cosa llamada inteligencia?, ¿qué hacer con los individuos o las clases sociales definidas políticamente, y de acuerdo con un test objetivo, menos inteligentes o distintas?, ¿quiénes realizan las pruebas de inteligencia y bajo qué parámetros? El problema ya no es sólo de la Psicología sino de dicha ciencia convertida en ideología.

2.1.- Teorías clásicas

El siglo XX ha sido el siglo del estudio de las diferencias en la inteligencia humana, más que el estudio de lo qué es la inteligencia. Hoy es el siglo de la inteligencia emocional, a todos nos iguala y a todos no privilegia. Un producto más para una sociedad sin dios, o con muchos y diminutos dioses, muchos de ellos absurdos, abrazada al relativismo cultural capaz de erosionar hasta triturar toda verdad, de equiparar toda manifestación cultural (tolerancia), y por último inmersa en el ecologismo, doctrina incuestionable camino del veganismo universal y de la oportunidad para ceder el testigo del control y domino por atracción (como fuerza centrípeta, nuevo modelo de dominio con menos riesgos de desgaste por imposición material agotadora de todo tipo de recursos, v.g. los procesos de deslocalización de los siglos XIX y XX) del Imperio en construcción Chino.

Distintos enfoques en el estudio de un mismo, se supone, contenido: la inteligencia. Destacamos:

1.- El enfoque diferencial. Se centra en el análisis de si la inteligencia es una facultad humana que consta de una aptitud o de varias. En función del resultado se podrá evaluar de forma precisa, con resultados psicométricos, las diferencias existentes entre varias personas. Son los famosos test sobre el Coeficiente de Inteligencia (CI).

2.- El enfoque cognitivo. Estudio de la forma y estructura que cada individuo emplea en la elaboración y representación de la información.

3.- El enfoque evolutivo. Se fija en la génesis y evolución en el desarrollo de la persona y su inteligencia. Enfoque ontogenético, estudio de la mentira y el juego para dar cuenta de la elaboración, asunción y crítica de las normas. Piaget, Kohlberg (los trataremos más adelante).

4.- El enfoque biológico. Estudio del sustrato biológico y anatómico que hace posible la inteligencia. La sociobiología de Dawkins y su ficticio gen egoísta.

2.2.- Las siete habilidades mentales primarias de Thurstone:

a.- Compresión verbal. Test de vocabulario y comprensión lectora.

b.- Fluidez verbal. Test de producción de palabras.

c.- Aptitud numérica. Cálculos simples y resolución de problemas.

d.- Memoria. Recuerdo de series de palabras, números, letras…

e.- Rapidez perceptiva. Reconocimiento rápido de letras y números y la facilidad para señalar diferencias y semejanzas entre distintos dibujos.

f.- Visualización espacial. Visualización de formas para resolver puzles.

g.- Razonamiento inductivo. Razonar a partir de lo particular para intentar llegar a lo general. Test de letras o números.

3.- Evaluación de la inteligencia: test (CI)

¿Qué es un test? Es una técnica para medir la inteligencia, consta de preguntas y tareas dirigidas a un individuo para comprobar su capacidad o conocimiento, su habilidad para resolverlo. De los resultados individuales se puede inferir a través de una metodología comparativa con el grupo al que pertenece su Coeficiente de Inteligencia (CI).

Los test de inteligencia aparecen por primera vez a principios del siglo XX. Se quieren medir las capacidades intelectuales de los alumnos para predecir su rendimiento escolar. Más tarde se trasladará al ámbito laboral. Domina en países de raíz protestante: EE.UU., Alemania, Reino Unido. Se trata de identificar posibles líderes en una comunidad política ordenada entorno al individualismo de corte liberal.

Las pruebas diseñadas para medir la inteligencia deben reunir estas características:

  • Si se obtiene el mismo resultado cada vez que se aplica.
  • Mide lo que afirma medir. Es decir los resultados permiten pronosticar trayectorias académicas o laborales futuras (quiere ser una ciencia anantrópica y arrancar futuros necesarios cuando el futuro humano construido por nosotros en el presente y humano permite pronósticos probables, dinámicos, convencionales, posibles y antrópicos).
  • Constan de dos partes: verbal y no verbal; lógico, matemático y de imágenes seriadas.

Se centran en un campo muy reducido del complejo comportamiento humano, asocian la inteligencia al domino matemático y lógico, el obrar humano, la elaboración de pensamientos y conductas es mucho más compleja, no somos ordenadores.  Dejan de lado los procesos cognitivos, el término medio del razonamiento por decirlo de alguna manera. Se desprecia la creatividad, los análisis exploratorios diferentes de la realidad, las posibilidad combinatorias no estandarizadas, se busca en definitiva perpetuar con el arma de la ciencia la doctrina política dominante, el orden del Estado de lo que se supone el pueblo elegido, predestinado, fiel y no pecador. Obedecer es bueno porque deriva de la autoridad más allá de si la ley o el orden establecido es justo o no (positivismo jurídico).

3.1.- De la inteligencia emocional

No hay razón pura práctica. No sólo somos inteligentes porque elaboramos saberes a través de esquemas lógicos y matemáticos, o de conceptos del entendimiento que aumentan nuestro saber si se ajustan a lo sensible. Sólo conocemos en nosotros, en un mí único, independiente y a la vez universal y humano.

No hay dicotomía efectiva entre el cuerpo y la mente, la naturaleza y el espíritu, los afectos y lo irracional y lo inteligente y racional. Nuestra inteligencia es más compleja, elaboramos información con herramientas que no son exclusivas de las estructuras operatorias, verdaderas, anantrópicas, de la lógica y de las matemáticas. Obramos de acuerdo también a los sentimientos. Las conexiones del sistema límbico y neocórtex nos permiten programar, tomar decisiones más prudentes, aprender de los errores para dar un giro a nuestras trayectorias de vida empobrecedoras de nuestro ser personal y abocadas a la desgracia. La emoción y la razón se complementan, aunque hoy se privilegia hasta la desconexión, hasta hacer recaer, como motivo firme de la evaluación de los resultados, de los saberes acreditados y asociados con la verdad de por ejemplo un alumno, en lo exclusivamente vivencial, emocional, personal y sentimental dejando de lado los contenidos rigurosamente comprometidos con la verdad

En esta línea: Antonio Damasio, el caso de Phineas Gage, y Goleman y las cinco habilidades de la inteligencia emocional:

Conciencia de uno mismo. Pensar antes de actuar  y responsabilizarse de sus actos (Prometeo vs. Epimeteo). Nada nuevo bajo el Sol: Sócrates, Platón y Aristóteles.

Autocontrol emocional. Control de gustos y emociones según las circunstancias. Control de estrés y ansiedad, apertura a los cambios y a las nuevas ideas (diría que opiniones, que no es lo mismo, sigo a Platón y no soy para nada original)

Automotivación. Animarse uno mismo para lograr los objetivos deseados. Cuidado, la motivación puede empeorar las cosas, y la motivación sin una mínima sindéresis puede ser peligrosa. Se han de añadir variables, parámetros, en el vacío es hablar por hablar. Del mismo modo la automotivación sin resultados puede ser tan inútil como perjudicial. La motivación así arrojada es un término sincategorial, sin referencias pierde su sentido.

El reconocimiento de las emociones ajenas. Ponerse en el lugar del otro. La empatía parece asociada necesariamente al respeto o tolerancia incondicional del otro, asoma el relativismo, cuidado con no corregir el error y sobre todo con fomentarlo por necesidad de una falsa conciencia o acto de mala fe.

El control de las relaciones. Diversas, éticas, morales, jurídicas. Planes diferentes. No reconocerlos da lugar a un pupurri posmoderno que acaba con un fácil, y caprichoso, «todo vale». Facultad orientada a los líderes de grupos, a los individuos capaces de organizar cambios y que con su carisma pueden llegar a doblegar cualquier sistema político.

No se pueden tratar estas facultades de la inteligencia en el vacío, así la paloma de Kant no podría volar.

3.2. De las inteligencias múltiples (H. Gardner)

Considera que la inteligencia es una amalgama de destrezas para crear, aprender y resolver problemas, que permite al individuo resolver las situaciones de la vida y hacer algo valioso para una comunidad o cultura. Ojo, muchos intelectuales fueron los que espolearon a muchas sociedades a un destino tan irreversible como trágico, hablamos del peligro de las ideas y de las utopías que, por inoperantes, por poco efectivas pueden conducir a una falsa prioridad que permita justificar el sacrificio del presente en aras a un futuro o un pasado mejores. ¡Cuidado con los intelectuales que en ocasiones son herejes de lo mejor!

Todo depende de la dotación biológica, de su interacción con el entorno y de la cultura (¿qué es?, por lo pronto, puede ser entendida como un mito oscuro y especialmente dominador, la coartada perfecta para convertir el error en belleza y en bien; o  como un mito iluminador, ideológico y perpetuador de la eutaxia de un estado concreto frente a otros «Navarro Crego»). Hay distintos perfiles intelectuales, sigo las propuestas teóricos en este campo de la Piscología:

1.- Inteligencia lingüística. Es la capacidad para usar palabras de manera más efectiva, en forma oral o escrita.

2.- Inteligencia lógico-matemática. La capacidad para utilizar los números y razonar adecuadamente: categorización (tantas como ciencias, inconmensurables, no hay una ciencia que las organice de forma geométrica a todas), clasificación, inferencia, generalización, cálculo y demostración de hipótesis (heurística).

3.- Inteligencia espacial. La capacidad de percibir de forma adecuada el mundo visual, de analizarlo y explorarlo para transformarlo: artistas, ingenieros, arquitectos.

4.- Inteligencia musical. Es la capacidad de transformar, expresar, discriminar (transductor o interprete de la obra musical para otros) y escuchar las formas musicales.

5.- Inteligencia corporal-cinestésica. Es la habilidad para usar el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos (v.g. danza, atletismo), y el uso de las manos para transformar elementos (v.g. cirugía, mecánica).

6-7.- Inteligencia intrapersonal/interpersonal. Conocimiento de uno mismo, reconocimiento de las virtudes y de las limitaciones. Propio de psicólogos, filósofos, médicos  y artistas (mejor sería decir que el conocimiento es de los otros, el propósito es psicagógico -«Alvargonzález»-, conocer al espectador, paciente, alumno, para dirigir su alma, apelar a su saber para resolver nuevas propuestas, extraer su yo más interno, emocional y sentimental para por un momento, sin ser manipulado ideológicamente, despojarlo de la prosa de la vida. El arte sustantivo sería la mejor herramienta. Será en su poética catártico «Aristóteles»).

8.- Inteligencia naturalista. Incluye las habilidades de observación, reflexión y cuestionamiento de nuestro entorno con un propósito crítico: clasificar, distinguir, discriminar y sistematizar el mundo natural.

Luego nuestra inteligencia no solo se mide apelando a las habilidades lingüísticas, lógico-matemáticas y espaciales. Tampoco se han de entender como totalidades distributivas, independientes, yuxtapuestas. La inteligencia se ha de ver como una totalidad atributiva, como habilidades o partes de un todo que se puede disociar pero no separar, como partes formales, que no materiales (Gustavo Bueno).

4.- Del desarrollo cognitivo. Los estudios de Piaget y Kohlberg, una aproximación

a.1.- El origen de la moral en el niño según Piaget. Nada original, por el terreno firme de lo ya recorrido.

Piaget acude al juego de las canicas para explicar el origen de la moral, o sea: de las normas que a todos nos obligan en las primeras etapas de nuestras vidas. La moral no es lo mismo que la ética, si la moral son las acciones prácticas orientadas a la pervivencia del grupo, la ética hace referencia a las acciones prácticas y útiles dirigidas al mantenimiento y al enriquecimiento de la vida del individuo. No son conmensurables y entre ellas no hay una relación de igualdad; los conflictos entre ética y moral (incluso trágicos, v.g «Antígona») se resuelven con el derecho positivo, cristalizan las que se consideran mejores.

El psicólogo francés observa que en dicho juego los niños le dan sentido acudiendo a reglas flexibles y sujetas a constantes innovaciones. A su vez, observa que una cosa es que se usen reglas de juego (práctica) y otra distinta, aunque relacionada, que sean conscientes o reflexionen sobre ellas (teoría). En el plano de la práctica distingue cuatro etapas:

1.- De 0-2 años, es una etapa asociada a la manipulación de las canicas, es individual e independiente de toda relación social; el niño gana en destreza motriz y se va formando racionalmente, las manos son esenciales. Apenas tiene significado ético. La existencia del niño se agota casi exclusivamente en la coexistencia con otros, su dependencia es absoluta.

2.- De 2-5 años. Es una fase de juego egocéntrico, cada niño introduce sus reglas, es decir: son sus canicas, son sus reglas y por lo tanto todos pueden llegar a ganar. Hay reglas pero sobre ellas no se reflexiona, no se toma conciencia de ellas y no son obligatorias. Es la fase del niño en la que los padres luchamos porque comiencen a compartir…la mayoría de las veces con poco éxito

3.- De 5-11 años. El juego se socializa, se introducen reglas que obligan a todos. Son reglas que no se pueden discutir y su legitimidad viene de una autoridad externa, generalmente un niño mayor. Por tanto, actuar moralmente es obedecer las reglas, es ser heterónomo. Se teme el castigo y se acepta, no se plantean los niños a esta edad la justicia o no del mismo. No han realizado aún el ritual de paso, aquí tradicionalmente se marca con la primera comunión, el niño deja de ser infante y comienza a preguntarse el porqué de las normas impuestas, también empieza analizar de modo autónomo lo que está bien y lo que está mal.

4.- A partir de los 11 años. Las reglas se asumen en la práctica pero además todos los participantes las han interiorizado, esto hace que el juego se enriquezca pudiendo abrirse a nuevas reglas que lo hagan más atractivo. Entre todos los participantes hay un pacto, una aceptación racional del respeto de las reglas y dicha aceptación es libre y autónoma por parte del conjunto del grupo.

Pero Piaget no se queda aquí. Se dispone a investigar como el niño pasa de la heteronomía a la autonomía moral y para ello acude al significado en el niño de la mentira. Así observa tres fases:

a) El niño juzga la mentira como mala porque se castiga. Mentir es un síntoma de que no será bien recibido por el grupo. Detrás del castigo hay una autoridad, con todo el niño comienza a percibir que la mentira es mala por el castigo pero también porque detrás de ella hay una falta de respeto; comienza a nacer en el niño una tímida autonomía ética, empieza a diferencias entre el bien y el mal.

b) En la segunda fase el niño ve como malos ojos el infringir la norma a través de la mentira. Mentir en sí mismo es malo, es no acatar las normas. Con todo comienzan a reflexionar sobre las intenciones y las circunstancias que llevaron al niño a mentir.

c) En la tercera fase el niño percibe las normas o los valores morales como algo ajeno a su conciencia. Por tanto, la responsabilidad va disminuyendo con la edad y los niños comienzan a valorar como más importante y decisivo las circunstancias o las intenciones que el resultado de la mentira o el quebranto de las normas.

Por último, ¿cómo entienden en su desarrollo moral los niños el sentido de la justicia? Piaget establece tres periodos:

En el primero, que dura hasta los 7 u 8 años, el niño subordina la justicia a la autoridad adulta. La justicia ahora es expiatoria, sirve para purgar las malas acciones, para evitar que se vuelvan a repetir. Así la sanción más severa es la más justa y se aceptan los castigos colectivos sin rechistar. Moral de la obligación y de la heteronomía ética.

En el segundo periodo, que dura desde los 8 a los 11 años, es el momento del llamado igualitarismo progresivo. Más que la sumisión a la autoridad lo que prima es la igualdad en forma de solidaridad entre los niños, se asientan las relaciones de amistad. Moral de la solidaridad entre iguales.

En el tercer periodo, a partir de los 12 años, es una idea de justicia más racional, más compleja, entendida como equidad. El castigo justo es aquel que es proporcional al grado de la infracción cometida. No se admiten los castigos colectivos, y lo más injusto se relaciona con las injusticias discriminatorias y económicas protagonizadas por los adultos. Moral de la equidad y de la autonomía ética.

a.2.- El origen de la moral en Kohlberg.

El desarrollo moral en el niño pasa a seis estadios.

Estadio 1. Es una etapa calificada de egocéntrica. El niño trata de eludir los castigos, sus acciones obedecen a su carácter, a lo que él quiere, y no se preocupa para nada de las costumbres o convenciones. Hace lo que le da la gana (no lo que quiere, entre otras razones porque no sabe) y por tanto la autoridad se confunde con uno mismo. Casi recuerda al niño de Nietzsche, embrión del superhombre, fin de la cultura del domino de la mayoría débil, judía, cristina y femenina.

Estadio 2. Te doy para que me des. Es también ajena a las normas esta etapa y sólo persigue satisfacer los intereses inmediatos. Por lo tanto, es un estadio dominado por lo pragmático e individual, sólo hay trato si me beneficia. Traspasando la barrera de la infancia, en el lodazal de los adultos acomplejados y primitivos por simples, el lema sería: “tanto tienes, tanto vales”…lo de menos es como lo tienes, estas en la élite, eres un elegido, el destino providencial así lo ha querido, los méritos lo de menos, el azar del juego un nuevo protestantismo laico, sin Dios, ni siquiera despedazado.

Estadio 3. Aquí los niños persiguen encontrar su sitio ajustándose a las normas del grupo, bien sea como hijo, amigo, hermano, jugador de un equipo, etc. En este marco cerrado de convivencia el chico reconoce la importancia de la empatía, y valora positivamente la confianza, la lealtad, el respeto mutuo, la amistad como  lugar en que una mala acción en el círculo de la fidelidad es doblemente injusta, más dañina y perversa, etc.

Estadio 4. El compromiso ahora se amplía al conjunto de la sociedad. El chico reconoce que incumplir las normas es un desastre para todos. Aparece una conciencia del deber, reconoce autónomamente sus obligaciones, sus deberes con el conjunto de la sociedad. Observar que algunos jóvenes pueden retroceder al estadio 2, entienden las normas sociales como amorales y se sitúan en una perspectiva ajena a cualquier compromiso social, se convierten en auténticos imbéciles morales y buscan refugio en grupos informales que les elevan y legitiman en todas y cada una de sus acciones por muy irracionales y faltas de fortaleza ética que puedan llegar a ser. Es por decirlo de alguna manera una especie de Síndrome de Peter Pam degenerado.

Estadio 5. A partir de los 25 años. Ahora lo correcto es la defensa de aquellos derechos que entendemos como prioritarios: la vida, la libertad, la propiedad privada, la igualdad ante la ley, etc., y son prioritarios porque son útiles para que una sociedad política funcione bien, es decir: es bueno porque se orienta al bien general de una sociedad concreta.

Estadio 6. La justificación racional del estadio anterior se generaliza y se entiende ahora como universal, se asocia a la necesidad de garantizar, a toda costa y en caso de conflicto, los Derechos Humanos. Por tanto, toda persona por el mero hecho de serlo es un sujeto ético racional y con derechos siempre y cuando obedezca a la ley moral. Por tanto, el hombre es un fin en sí mismo y no debemos entenderlo como un medio, máxima kantiana que culmina el proceso de Kohlberg del origen de la ética en el individuo.

Fuerza sus sistematicidad psicológica para conservar su punto de partida: la ley moral en el sujeto en tanto que humanidad que es libre, y que postula para su racionalidad y sentido como necesidad la inmortalidad del alma y la existencia de Dios sin cuerpo de la iglesia, ni oraciones, ni mandatos.

Sobre Kant mis artículos «Kant y su Dios I,II,II,IV,V» en este mismo blog.